Soñar que estás embarazada

Soñé que estaba embarazada. Súper embarazada. Ni podía verme los pies porque tenía una panza enorme.
¿Les ha pasado? Desde que biológicamente me es posible concebir, lo he soñado.
Lo soñé como a los 14, a los 17, a los veintitantos y así. No es taaan recurrente, pero cuando me ha pasado es el puto horror.
Usualmente no me explico cómo pasó, chillo, me angustio y hasta he buscado a quién «regalárselo». Siempre había sido una pesadilla, hasta hoy.
¡Pum!
Por primera vez, todo estaba bien. Anuar estaba ahí, me gustaba mi ropa de embarazada, andábamos buscando una carriola, me dolía un poco la panza y ya.
El shock fue despertar.
No, espérense. El shock es que el shock fuera despertar. ¿Cómo que «todo estaba bien»? ¿¡Qué es esto!? ¿¡Qué me está pasando!?
A ver, ya, cálmense. Dejen de sonreír. Estuve pensando y hay respuestas.
Una es que me dolía la panza porque desde hace unos días me cargo una gastritis y una colitis poderosísimas. He comido tan mal esta semana y mi panza está tan inflamada que mi piadoso cerebro, en vez de despertarme, convirtió el malestar en un sueño de embarazo.
Otra respuesta es que antes de dormir vi el stand-up de Malena Pichot en Netflix (no se lo pierdan, plis) y en algún punto toca el tema del embarazo a los 30.
Y la otra, pues sí, es que estoy embarazada. ¡Aaaaaaasecreaaaaan! Nocierto. No lo estoy, pero admito que es un tema real de la agenda de mis 30.
Déjenme. No voy a abundar más en eso.
Y pues ya. Qué fuerte que por todas estas razones, lo que usualmente era una pesadilla esta vez fue un recordatorio de que chingadamadre ya soy adulta. O algo así.
Reblogueó esto en sara tijeras presenta:.
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